Por tanto, imiten a Dios
en todo lo que hagan porque ustedes son sus hijos queridos. Efesios 5:1 (NTV)
Después de lavarles los
pies, Jesús se puso otra vez el manto, se sentó y preguntó: - ¿Entienden lo que
acabo de hacer? Ustedes me llaman “Maestro” y “Señor” y tienen razón, porque es
lo que soy. Y, dado que yo, su Señor y Maestro, les he lavado los pies, ustedes
deben lavarse los pies unos a otros. Les di mi ejemplo para que lo sigan. Hagan
lo mismo que yo he hecho con ustedes. Mateo 13:12-15
Todos somos llamados a
servir a Dios y lo hacemos todos los días donde nos encontramos y con las
personas que están a nuestro alrededor, por ese motivo es muy importante que
consideremos estas 10 particularidades que caracterizan a un siervo ejemplar:
1.- Un siervo vive por
fe, confiando cada día en la protección y provisión de Dios, pues sabe que los
que aman y temen a Dios no tienen falta de ningún bien.
2.- Sirve a pesar de los
sufrimientos e insultos, pues Dios es quien le da el valor para enfrentar
cualquier situación y oposición.
Una actitud para imitar.
3.-Sirve con un corazón sincero. Su propósito es agradar a Dios y no a las
personas.
4.- Sirve para agradar
únicamente a Dios, pues solamente Él conoce y examina las intenciones de su
corazón.
5.- Sirve sin procurar
elogios humanos, porque sabe que todo lo que hace, lo hace para el Señor.
6.- Sirve
desinteresadamente a Dios por amor, gratitud y con mucha pasión.
7.- Cuida a las personas
que están a su cargo como un padre trata a sus propios hijos. Ora e intercede
por ellos, los hace parte de su vida, los alienta e insta a llevar una vida que
agrade a Dios.
8.- Sirve sacrificándose
a sí mismo, pues entendió que hizo un compromiso con Dios y no con ningún
hombre.
9.- Sirve a través de su
ejemplo. No es religioso, sino que se esmera por dar testimonio con su propia
vida.
10.- Sirve como
inspiración para otros, porque vive de manera íntegra, existiendo coherencia
entre lo que dice y lo que hace. Evita ser piedra de tropiezo para otros y más
bien se esfuerza por ser un canal de bendición para las personas que están a su
alrededor.
Este día sería bueno que
nos preguntemos, ¿Cuál es el verdadero motivo por el que servimos a Dios? Y si
aún tenemos áreas débiles en nuestras vidas, pidámosle que siga trabajando en
ellas, para que nuestro servicio sea agradable ante sus ojos y nosotros estemos
satisfechos con nuestro trabajo. Dejemos de ser independientes y reconozcamos
que necesitamos de Dios, pues si seguimos luchando en nuestras propias fuerzas,
poco o nada conseguiremos, solo lograremos cansarnos e incluso enfermarnos,
pero si le pedimos a Él que nos ayude, no habrá nada que nos impida servirlo
como se merece.
Empecemos en nuestros
hogares, con nuestra familia, donde estudiamos o trabajamos, con nuestros
compañeros, así cuando Dios lo permita, también podremos servirlo en nuestras
iglesias. Y si ya estamos sirviendo en ellas, demos lo mejor de nosotros porque
nada de lo que hagamos para Dios es en vano, en su momento Él nos recompensará.
Su señor le dijo: Bien,
buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en
el gozo de tu señor. Mateo 25:23
Brisna Bustamante S.
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