Seguramente muchos hemos pasado por la bochornosa experiencia de que nuestra madre muestre algún álbum de fotos familiares a un invitado. Este fácilmente, podrá ver la historia de nuestra vida resumida en unas pocas fotografías.
Momentos que jamás volverán y que marcaron nuestras vidas están plasmados en ese álbum, allí encontraremos situaciones de felicidad, pero también otras que nos trajeron tristeza, aquel pariente que hace tiempo que no vemos, los amigos de nuestra escuela y sus uniformes etc. en fin, un breve resumen visual de lo que hemos vivido.
Los padres se sienten tan orgullosos, que no tienen ninguna reserva en mostrar a los demás todo lo relacionado con sus hermosos hijos. Son capaces de mostrar las fotos que jamás compartiríamos o contar las anécdotas más vergonzosas de nuestra niñez, pero nadie puede reprocharles, lo hacen por amor.
Se me ocurrió pensar que Dios también tiene un álbum fotos de cada uno de nosotros, donde aparecen los momentos de nuestra vida grabados y plasmados en Él. ¿Estará tan orgulloso de nosotros como lo están nuestros padres?
Sabemos que nada puede escapar a su control, pero tengamos en cuenta que Él nos dio libre albedrío y está en nosotros el procurar que cada foto que forme parte de ese álbum contenga momentos que agraden a Dios, haciéndolo sentir alegre y conforme con nuestro proceder.
“Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud” Gálatas 5:1.
Ahora bien, cuando nos sacamos fotos, procuramos salir en ellas con una sonrisa, o al menos salir con una buena apariencia. Esto pasa en cuanto a la imagen física, pero ¿que sucede con lo que los demás ven en otras áreas de nuestra vida? ¿Cuál es la foto que ellos tienen de nosotros?
Si vivimos una vida llena de rencores, de peleas, de desgano en todo lo que hacemos, la imagen que los demás tendrán de nosotros será desagradable y también lo será ante los ojos de Dios.
Él conoce hasta lo más íntimo de ti, no vivas una vida de apariencia. Que cuando alguien te saque una foto no necesites posar, sino que se pueda ver a Dios reflejado en ti. Por lo cual, puedes elegir llenar tu álbum solo con las fotos que tu desees que estén ahí, desechando las demás.
Que no solo Dios, como Padre, se sienta alegre de verlo, sino que nosotros mismos estemos contentos con estas fotos. Refleja lo más hermoso que hay en ti, que en todo tiempo estemos listos para que cuando Dios vea tu álbum, se enorgullezca del hijo que tiene.
“De la misma manera, deja que tu luz brille ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen tu Padre que está en los cielos” Mateo 5:16
Telma Céspedes
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