“…Y corramos con perseverancia la carrera que
Dios nos ha puesto por delante. Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el
campeón que inicia y perfecciona nuestra fe.” Hebreos 12:1-2
Un gran maratón ha
empezado, a medida que marcha se va formado 3 grupos, un primer grupo, que
después de correr las primeras millas, ya se encuentra agotado y rendido. El
segundo está avanzando, pero muy lentamente, están dudando si se retiran o si
siguen, el tercer y último grupo se está esforzando por seguir el ritmo,
manteniendo el buen ánimo para llegar a la meta. Creo que es predecible que
grupo ha llegado a la meta ¿verdad?
Es sabido que un atleta
fija su meta antes de empezar la marcha, en este caso estos tres grupos
empezaron bien, partieron por igual, ¿pero que hizo que no todos llegaran a
cumplir con su propósito? ¿Las adversidades? ¿Cansancio? Sin duda en el camino
se encontraron con dificultades y seguro que la meta dejo de estar en su mente
como prioridad y fue remplazada por otra cosa que tomó ventaja, dejándolos en
el camino.
En nuestro caso, para
mantenernos en la carrera de la vida tenemos que fijar la mirada en Jesús
centrándonos en Su Palabra, en sus estatutos, ella es nuestra guía. Pero esto
requiere de DISCIPLINA (conjunto de normas, que ordena y organiza el
comportamiento y la conducta del ser humano.) la Biblia dice que Dios es el que
nos corrige, esto está en Hebreos 12:5-6 NTV: “¿Acaso olvidaron las palabras de
aliento con que Dios les habló a ustedes como a hijos? Él dijo: «Hijo mío, no
tomes a la ligera la disciplina del Señor y no te des por vencido cuando te
corrija. Pues el Señor disciplina a los que ama y castiga a todo el que recibe como hijo»”
Sin duda, necesitamos
ser disciplinados, en todo, y no tomar a la ligera la corrección, la
confrontación inclusive la reprensión, porque esto nos ayuda a tener una
madurez integral; de seguro que los miembros del tercer grupo tenían en común
la disciplina y la firme decisión de llegar a la meta.
La práctica hace al
maestro, dice una frase muy conocida, es así que la práctica de la palabra de
Dios hace la disciplina y como resultado tendremos una vida plena.
Si tu mirada no estuvo
puesta en la Palabra como guía, hoy es el día para hacerlo, o bien si aun
poniendo tu mirada en la palabra, no has desarrollado la disciplina, hoy es el
día para ponerlo en práctica.
Corramos como el tercer
grupo, con la meta en nuestra mente, sin que nada pueda afectar o desviar la
mirada de aquél que nos ama: Dios. Ten en cuenta que la meta y la disciplina
siempre van de la mano.
Soraida
Fuentes A.
You
Version
Comentarios
Publicar un comentario