La
fe mueve montañas. ¡Que muchas veces decimos o escuchamos este refrán! Pero,
¿qué es la fe? La fe es tener la seguridad de que aquello que se espera, que lo
que aun no se ve, se va a hacer realidad. La fe llena de fuerzas y trae ánimo a
aquellos que la ejercen. Tener fe puede hacer una gran diferencia en nuestras
vidas. Según una investigación de la Universidad de Chicago, publicada en abril
de este año en “Annals of Family Medicine”, una gran mayoría de médicos piensa
que la religión y la espiritualidad en general son una influencia positiva en
el tratamiento de los pacientes. No hace falta hacer una investigación para
probarlo, porque Jesucristo lo dejó muy claro cuando estuvo aquí en la tierra.
En
Mateo 17:20 Jesús dijo: Por
vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como
un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se
pasará; y nada os será imposible.
En
esta vida enfrentamos problemas que nos parecen tan grandes como el tamaño de
una montaña. Y cuando estamos bajo presión, cuando estamos en necesidad,
comenzamos a desesperarnos y todo el panorama se torna desolador. Es entonces
cuando la ansiedad comienza a devorarnos, y hasta puede llevarnos a la
depresión.
Dios
espera que actuemos guiado por la confianza en Él y no por lo que vemos. De
manera tal, que ante cualquier
situación, por difícil que parezca,
tengamos fe, porque eso nos dará fuerzas
para luchar y confiar en que Dios es más grande que nuestra montaña de problemas.
Tener la seguridad de que en medio de la crisis, hay un Dios
Todopoderoso que puede hacer de lo imposible posible, llena nuestras vidas de
esperanza. Y es que la fe en Dios nos liberta, nos libra del temor, de la
ansiedad, y eso nos da paz.
Uno de los
pensamientos que llegan a nuestras mentes cuando estamos en medio de la crisis
es que Dios se olvidó de nosotros, que no nos ama. Ese sentido de abandono hace
que nos desanimemos y desconfiemos de Dios y de su poder. Pues si crees que
Dios se olvidó de ti, recapacita, porque tal vez hayas sido tu quien te has
olvidado de Él y de quién
es. No olvides nunca que lo que Dios promete lo
cumple, y te aseguro por experiencia que llegará a tiempo. Así que cobra ánimo y mantén la fe, porque sin duda alguna…
tu milagro esta a la vuelta de la esquina.
Lcda. Miriam Cruz
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