“Sé fuerte y valiente, porque tú harás que
este pueblo herede la tierra que les prometí a sus antepasados. Sólo te pido
que tengas mucho valor y firmeza para obedecer toda la ley que mi siervo Moisés
te mandó. No te apartes de ella para nada; sólo así tendrás éxito dondequiera
que vayas.” Josué 1:6,7 NTV. Después de la muerte de Moisés, Josué llegó a ser
su sucesor, y tomó la dirección del pueblo de Dios hacia la tierra prometida.
Él era un líder con las mejores cualidades que ha de tener quien dirige el
destino de un pueblo.
Sin embargo, Josué sentía temor, tal vez
por las adversidades que tuvo que enfrentar a lo largo de su vida, como nos
ocurre a muchos. Pero a pesar de esto, ¿Qué le hizo cumplir la orden que Dios
le dio? No dejó que el miedo controle sus decisiones y determinaciones. Por eso
Dios le dijo: “Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni
te desanimes!” Josué 1:9
Cuando Dios instruía a este joven, varias
veces le dijo “sé fuerte y valiente” ¿Por qué le repetía esto? ¿Por qué Josué
no lo entendía? ¿Por qué era cobarde? Pues no, sino porque Dios sabía que el
temor jamás dejaría de atacar. Ser cobarde no es la ausencia de miedo sino el
dominio del miedo que paraliza en todas las áreas, y ser valiente es ser
esforzado (fuerza) para llevar adelante una acción a pesar de todo lo que
quiera oponerse.
Algunos buscan esa fuerza que lleva a
superar el miedo, en la lectura de libros de motivación, o el consejo de
alguien en particular, o quizás en una canción, etc. pero la fuerza que tiene
poder es la que viene del Señor lo dice la Biblia en Efesios 6:10: “Por lo
demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza”. Josué,
fue un hombre de valor y mostró obediencia al trabajo que Dios le asignó, al
igual que él, Dios también nos ha dado las habilidades y herramientas para
superar todas las dificultades y cumplir con su voluntad.
Ten presente que Dios no nos ha dado un
espíritu de cobardía, sino de poder, amor y dominio propio y si el temor te ha
paralizado hasta hoy, toma fuerza en oración, en la Palabra y puedes estar
seguro que eres más grande que el. Nunca lo olvides ¡Sé fuerte y valiente! y da
el próximo paso hacia la victoria.
“En cambio, todos los que me escuchan
vivirán en paz, tranquilos y sin temor del mal” Proverbios 1:33 NTV.
Soraida Fuentes A.
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