Aliento de fe
¿Quién nos da ese aliento de fe? Solamente lo puede dar Dios. Que hermoso y que rico se siente depender de Él. Pero ¿qué significa aliento de fe?
- Aliento según la Real Academia Española es vida, impulso vital, espíritu, alma. En otras palabras, es algo esencial en tu vida para poder subsistir. Nosotros necesitamos depender de Dios para poder subsistir a todas las situaciones que se presentan en nuestras vidas.
- Fe según el diccionario bíblico lo define como confianza. En las Sagradas Escrituras la fe es la respuesta humana de confianza frente a la revelación.
Al unir estas dos palabras,
aliento de fe, es la fuerza que tenemos al desarrollar el fruto del
espíritu que Dios depositó en nosotros cuando aceptamos a Jesús como nuestro
salvador. Esta fuerza nos ayuda a enfrentarnos
a las situaciones que suceden en nuestras vidas. Porque nosotros sabemos que Dios
tiene el control de todo, que no sucede nada sin que Él lo sepa y está con nosotros como poderoso
gigante. Dios es bueno, Dios es fiel. Uno de los versículos que nos da este
aliento de fe para enfrentarnos a todo en la vida se encuentra en Filipenses
4:13- “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”
Es
mi texto favorito. En mi oficina tengo varios artículos que lo tiene impreso.
En la firma de la mayoría de mis correos electrónicos tienen este versículo. Y
es que este versículo me da fuerza para enfrentar cualquier situación que esté
pasando.
Primero
voy a presentarle el contexto en que fue escrito el libro de Filipenses:
- Es la carta de Pablo a los filipenses dirigida de manera cordial y personal.
- Pablo estaba preso en Roma porque echó fuera el demonio de una muchacha que tenía un espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos adivinando, esto se encuentra en Hechos 16:16-23. Los amos acusaron a Pablo delante de las autoridades y lo metieron preso. Entonces, Pablo envía a Epafrodito a Filipos para darle alegría y para que no tuvieran desesperanza por su encarcelamiento porque al contrario esta situación era motivo para difundir el evangelio como los podemos ver en Hechos 16:26-34 (después del terremoto tuvo la oportunidad de llevar al carcelero a Cristo).
- La carta nos hace recordar la gran diferencia entre la felicidad pasajera que depende de las circunstancias y la alegría fundamentada en verdades espirituales.
Segundo
presentar el contexto del capítulo 4. Este nos presenta la alegría en el Señor.
Todo puede fallar menos Jesucristo. Debemos de presentar nuestras peticiones a
Dios en acción de gracias para después dejar de preocuparnos por las
circunstancias.
Teniendo
estos detalles claro comenzamos a escudriñar el versículo:
Todo= abarca una totalidad no
hay nada fuera de esto.
Poder= habilidad para actuar o
producir un efecto, posesión de autoridad sobre otros. Los milagros de Jesús
durante su ministerio evidencian el poder de Dios en acción.
Lo puedo= es que nada en este
mundo es imposible cuando tenemos la gracia de nuestro Señor. No hay tempestad
que no podamos atravesar, no hay obstáculo que no podamos vencer, no hay
enemigo que no podamos destruir. Siempre y cuando estemos en comunión con Dios
a través de la oración, leyendo su Palabra, escudriñando las escrituras,
alabándole y no menos importante ayunando, podemos sentir el poder de Él. Por lo tanto, todo
lo puedo significa que no existe nada
en la vida que no logremos con el inmenso amor de Cristo.
Cristo: el ungido, el mesías. Es
nuestro Salvador, que murió en la cruz del Calvario por ti y por mí, que
derramó su sangre preciosa para limpiarnos de todo pecado cuando lo aceptamos y
reconocemos que resucitó al tercer día.
Fortaleza: es una estructura
amurallada que se construían para defensa contra ejércitos enemigos. Esto es
Cristo para nosotros: pone vallado alrededor de nosotros y nos protege de todo
mal.
Por
lo tanto, en este versículo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” es
claro que somos más que vencedores en cada situación de nuestras vidas cuando
estamos centrados en el amor de Cristo. Así que alcemos nuestros ojos al cielo y
elevemos este aliento de fe en cada momento de nuestras vidas. Les dejo con
esta pregunta: ¿Quién le puede ganar a Cristo?
Dios lo bendiga,
Lcda. Chapman
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